Este año la primavera avanza rápido en el Parque Nacional de Monfragüe… aunque todavía podemos disfrutar de la espectacular floración de los cantuesos y las aulagas del monte mediterráneo.
Uno de los momentos más especiales en la dehesa es la floración de los cantuesos, que tiñen los campos de un hermoso color violeta.
El cantueso (Lavandula stoechas) es una planta aromática que crece de forma silvestre en la dehesa. Sus características flores, agrupadas en espigas compactas y adornadas con pequeñas brácteas de color violeta intenso, hacen de la floración un espectáculo visual impresionante.
Además de su valor estético, los cantuesos desempeñan un papel importante en la polinización, atrayendo a una variedad de insectos y abejas que contribuyen a la reproducción de otras plantas en la dehesa.
Las aulagas deslumbran con su floración dorada, llenando la dehesa de un resplandor único que contrasta con el morado.
La floración en la dehesa no solo es un regalo para nuestros sentidos, sino que también es un recordatorio de la importancia de preservar este ecosistema único. La conservación de la dehesa es fundamental para mantener el equilibrio ecológico y garantizar la supervivencia de muchas especies vegetales y animales de este hábitat.
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