Alegría y agradecimiento al recibir este premio de la Región Europea de la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (IFLA Europe) por la foto ‘Descorche en las dehesas de Extremadura’.
Forma parte de la colección que vamos componiendo en cada estación, con cada tesoro de nuestro territorio Extremadura y que compartimos con vosotr@s en redes habitualmente.
A través de un concurso, se pidió a los participantes de toda Europa que enviaran una fotografía que representara las principales características del paisaje agrícola, forestal y ganadero tradicional, paisajístico. Las entradas se evaluaron según los siguientes criterios:
- Relevancia de la entrada para el tema del concurso
- Nivel de importancia y singularidad del paisaje rural presentado
- Creatividad expresada a través de la foto y la descripción
Y nosotr@s, orgullos@s de nuestro paisaje cultural del alcornocal… enviamos esta foto al concurso… ¡en el que tuvimos la gran suerte de recibir el primer premio!
Toda la info aquí: http://aepaisajistas.org/premiados-concurso-de-fotografia-de-paisaje-rural-ifla-europa/
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La larga historia del poblamiento humano en la Cuenca Mediterránea y las limitaciones climáticas imperantes han obligado al ensayo de múltiples fórmulas de aprovechamiento del bosque capaces de mantener un mosaico de paisajes y producciones dentro de uno de los actuales puntos calientes de biodiversidad del planeta.
El ejemplo más notable de este tipo de prácticas se encuentra en las dehesas o pastizales arbolados de encina (Quercus ilex) y alcornoque (Quercus suber), que son oficialmente el Sistema Agrario de Alto Valor Natural más Extendido en Europa (con 4,5 millones de hectáreas), constituyendo un ejemplo de explotación multiproductiva mundialmente valorado por su sostenibilidad.
En estos sistemas silvopastorales existe una producción ganadera de alta calidad y de productos forestales singulares: leña, carbón, corcho, miel, quesos, caza, productos del cerdo iberico.
Además, el mantenimiento del estrato arbóreo genera productos adicionales únicos (especialmente corcho y bellotas) y refuerza servicios ambientales fundamentales, en paisajes culturales con gran impronta cultural sustentados en el saber local y etnográfico de las comunidades rurales que forjan, cuidan y explotan racionalmente este paisaje.
Para el caso de los alcornocales que nos ocupa, su dominio natural más bien reducido, unos 2,5 millones de hectáreas de las cuales el 27% se encuentra en España concentradas principalmente en el cuadrante suroccidental de la península ibérica.
Con la llegada del calor, en los meses de verano, comienza en las dehesas extremeñas el ritual de “la saca”, la extracción de las planchas de corcho que se transformarán después en granulados y tapones, que se distribuirán por todos los rincones del mundo, dispuestos a acompañar al ser humano en millones de brindis y en materiales sostenibles de construcción.
Una actividad tradicional que se desarrolla en grupos familiares y se transmite de generación en generación.
